Friday, April 22, 2011

Ana María Orozco, ingresa al elenco de “Los únicos”.



Ana María Orozco, actriz colombiana


Por Adriana Schettini
aschettini@clarin.com


La Protagonista de Yo soy Betty, la fea, Ana María Orozco iba a bordo del vértigo cuando decidió clavar los frenos. La repercusión internacional de la novela fue un torbellino. Pero la actriz colombiana un día dijo “basta”. Entonces, de novia con el músico argentino Martín Quaglia, se instaló en Buenos Aires. En 2004, la pareja tuvo una hija y en 2005, formalizaron en un registro civil porteño. Hace un año y medio, tuvieron otra niña. Desde que fue madre, Orozco sólo acepta trabajos esporádicos. Ahora, acordó con Pol-ka sumarse a Los únicos (El Trece, a las 21.50) en el papel de una agente colombiana que se une a la brigada de Monterrey.

¿Por qué aceptaste este trabajo?

Por un lado, yo había trabajado con esta productora en la versión para Colombia de Amas de casa desesperadas y en Mujeres asesinas; las dos experiencias fueron muy buenas. Por otro lado, me entusiasmó que fuera una comedia. Me gusta hacer comedia, porque mi papá es actor cómico y porque me divierte hacer reír. Quiero que mi personaje transmita algo de la alegría caribeña.

¿Llegó a agobiarte el personaje de Betty, la fea?

Nadie está preparado para semejante repercusión, pero los horarios de grabación eran tan exigentes que yo, ahí encerrada, no llegaba a dimensionar lo que ocurría fuera de los estudios. Fue lindo lo que me dio esa novela, pero es algo que ya pasó, y yo sigo adelante.

¿El éxito planetario de “Yo soy Betty, la fea” te dio un nivel de ingresos económicos para poder vivir sin trabajar?

Cuando escucha que una telenovela se vendió a muchos países, la gente suele tener la fantasía de que sus protagonistas se han hecho millonarios. Lo que no saben es que la mayoría de las veces, los actores no tenemos regalías. Yo no recibí un peso de las ventas internacionales de Yo soy Betty, la fea. Con el dinero que he ganado haciendo ese programa, he podido vivir bien, pero no me hice millonaria. Por otro lado, siempre me he manejado cautelosamente con el dinero, porque siempre supe que ésta es una profesión con altibajos en lo económico. Uno no tiene todo el tiempo la misma cantidad de trabajo: eso es algo que está muy claro, y es lo que me hizo hizo ser cauta en el manejo del dinero.

¿Te resultó un esfuerzo mantener esa actitud cautelosa?

No. Lo que pasa es que para mí, la calidad de vida es otra cosa. No necesito tener una 4x4. Lo que quiero es vivir en armonía con mi familia, educar a mis hijas, estar en paz. Como te decía, con Yo soy Betty, la fea, no me hice millonaria, pero ese tampoco era mi objetivo. Además, me pregunto con qué parámetros uno podría hablar de “hacerse millonario” en países como los nuestros. No me parecería bien semejante expectativa. Para mí, lo ideal es poder vivir bien del trabajo que uno hace. Y en cuanto a las ventas al exterior, que a los actores nos otorguen un porcentaje; eso sería lo justo. En Colombia, ahora aprobaron la ley de derechos del intérprete que, seguramente, ayudará a mejorar este panorama.

¿Cómo seguirá tu carrera después de “Los únicos”?

Todavía tengo unas cuantas cosas pendientes. Tal vez haga algo corto en Colombia... Veré. Pero lo que tengo muy claro es que todo será con calma, de a poco y priorizando siempre la vida en familia.


La suerte de la fea

Ana María Orozco en el papel que la hizo famosa: Beatriz Aurora Pinzón Solano, el personaje central de “Betty, la fea”. Es una mujer poco atractiva pero inteligente que trabaja para Ecomoda, una empresa de diseño. Brillante economista, Betty padece, sin embargo, el desprecio cotidiano de sus compañeros, incapaces de mirar a las personas más allá de sus parámetros estéticos. Pero ella sigue adelante con su carrera, y no se da por vencida.


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