Por: Javier Santamaría
Columnista y Crítico de TV
A lo largo de estas décadas Colombia ha logrado figurar en el libro Guinness World Records por hazañas de compatriotas que con sus destrezas, dones, virtudes singulares o sus peculiaridades físicas insertan su nombre y el de nuestra querida patria en las páginas de este compendio de Records mundiales.
De repente nunca nadie, en algún rincón del orbe ha tenido la intención de inscribir en los Guinness World Records una convocatoria estatal, pues quizás solo en este llamado país del Sagrado Corazón de Jesús, se presenta el muy particular caso de una convocatoria de carrera administrativa que lleva un desarrollo tan desfachatado y parsimonioso, que ya entró en el olímpico record de los seis años, oigan bien damas y caballeros ¡seis, seis largos años! sin lograr concluir, manteniendo en deprimentes ascuas y canallamente burlados a un millar de concursantes en todo el territorio colombiano, que atravesaron un supuesto proceso meritocrático para acceder a un cargo público, situación que la hace claramente merecedora a la deshonrosa postulación.
Dudo mucho que el caso de la Comisión Nacional del Registro Civil y la convocatoria 01 de 2005 para carrera administrativa tenga un rival que nos impida a todos los concursantes en la misma, postularla como la convocatoria estatal más ineficiente y demorada del mundo.
Ya algunos de nuestros ilustres senadores planean mover sus fichas e influencias para legislar(Acto legislativo 015 de 2010, mediante ponencia del Honorable senador Javier Cáceres Leal; y el proyecto de ley No. 54/2010 SENADO sobre Retén Social, bajo la ponencia de la Honorable senadora Dilian Francisca Toro ) en contra de quienes seguimos a la espera de nuestros merecidos nombramientos, su intención no es otra que salvaguardar el fortín de votos con el que cuentan en todas las dependencias estatales, concentrados estos en todos los empleados provisionales que llegaron a sus cargos, precisamente por dar sus votos y respaldo incondicional a determinados politiqueros proselitistas de ocasión o como cuota política clientelista y no precisamente por meritos ganados, como el millar de colombianos inscritos en la convocatoria 01 de 2005, quienes en su gran mayoría han tenido que recurrir a las acciones de tutela para defender sus derechos constitucionales.
Actualmente los damnificados de la dichosa convocatoria 01 de 2005, nos hemos concentrado en un rincón de Facebook para compartir nuestras congojas, ofuscación, estrés, indignación y acciones de choque, frente a la convocatoria digna de un Guinness Records llamado “Meritocracia si, clientelismo no” , cuyo link es el siguiente: http://www.facebook.com/group.php?gid=37815192880
Definiciones:
Meritocracia: En una definición muy amplia, el concepto de meritocracia se refiere a aquellos sistemas políticos donde se accede a los cargos de poder, no por el nacimiento o la riqueza (o sea, según pautas de adscripción) sino por los méritos (pautas de realización). En las sociedades industriales avanzadas, esos "méritos" se refieren en principio al desarrollo de la inteligencia y de los conocimientos, a las capacidades intelectivas evidenciadas y sancionadas por el sistema escolar, base indispensable (pero no suficiente) para tener acceso a la clase dirigente e iniciar luego un "cursus honorum" basado en el desempeño de cargos de creciente importancia, hasta donde lleguen las posibilidades evolutivas y la combinación de circunstancias de poder y de apoyos de cada uno. El planteo meritocrático, necesariamente emparentado con la tecnoburocracia, ha merecido juicios favorables (ya que implica un justo reconocimiento de los méritos acumulados a partir de una base de igualdad de oportunidades) y juicios negativos (que niegan que sea real tal igualdad de oportunidades o hacen notar que de ese modo se produce una clase dirigente totalmente ajena a los valores y sentimientos del grueso de la población).
Hablar de la meritocracia en Colombia se convierte en un tema que tiene tanto de ancho, como de largo, áspero, melifluo y espinoso, convirtiéndose fácilmente en un debate de nunca acabar. Dentro de algunos meses, sin lugar a dudas, Colombia obtendrá un nuevo Guinness Records, de ustedes depende si aplauden o rechiflan cuando sea entregado.
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