Cada vez que viajo a Venezuela, no dejo de sorprenderme con sus paradojas y contradicciones como sociedad; aunque últimamente la vaina ha adquirido ribetes insólitos. Si el año pasado hablaba de Blackberryzuela este año tengo que hablar de la Venezuela de Paul Frank.
Paul Frank es un caricaturista y diseñador gringo que se ha hecho famoso en el mundo de la moda por su monito Julius que está estampado en todos los productos de su marca; nada baratos, por cierto. Resulta ser que Venezuela es el país del mundo donde hay más tiendas Paul Frank, después de Japón y Estados Unidos –una menos que en gringolandia; ¡una menos, coño!-, con dos tiendas en Caracas -Berlín y Nueva York sólo tienen una-, una en Valencia, otra en Puerto Ordaz -¡Puerto Ordaz!- y una en la Isla de Margarita.
Ustedes me perdonan mi reflexión, si se quiere superficial, pero ¿tiene sentido esa vaina en un país en el que nos estamos debatiendo entre la modernidad y el retraso o entre la barbarie y la civilización?
Mi explicación empírica es que los miembros de una sociedad que se empeñan en ver hacia delante, se aferran a los valores materiales más superfluos -Blackberrys, televisores pantalla plana, interiores y piyamas Paul Frank- para sentirse que no le están robando -gracias al socialismo- lo poco que les queda de su nivel de vida -anterior a la marabunta chavista- y de su libertad.
Aunque mi argumento parezca un poco halado por lo pelos, no puedo dejar de asociar la proliferación de tiendas Paul Frank en ese país pseudo-socialista, con el discurso del nuevo presidente de la Asamblea Nacional, con la situación de mi querida Carmen Emilia que le expropiaron su apartaco el día que dio la inicial -que con burda de esfuerzo había ahorrado- o con lo que dice Aristóbulo sobre que en un país no puede haber estado de derecho, si no hay equidad.
Perdónenme nuevamente, pero no entiendo esta Venezuela que tenemos hoy 10 de enero de 2011. ¿O Será que el monito Julius es un simbolismo que aun no he podido interpretar?
Y tú ¿entiendes la Venezuela de Paul Frank?
Ciro
Paul Frank es un caricaturista y diseñador gringo que se ha hecho famoso en el mundo de la moda por su monito Julius que está estampado en todos los productos de su marca; nada baratos, por cierto. Resulta ser que Venezuela es el país del mundo donde hay más tiendas Paul Frank, después de Japón y Estados Unidos –una menos que en gringolandia; ¡una menos, coño!-, con dos tiendas en Caracas -Berlín y Nueva York sólo tienen una-, una en Valencia, otra en Puerto Ordaz -¡Puerto Ordaz!- y una en la Isla de Margarita.
Ustedes me perdonan mi reflexión, si se quiere superficial, pero ¿tiene sentido esa vaina en un país en el que nos estamos debatiendo entre la modernidad y el retraso o entre la barbarie y la civilización?
Mi explicación empírica es que los miembros de una sociedad que se empeñan en ver hacia delante, se aferran a los valores materiales más superfluos -Blackberrys, televisores pantalla plana, interiores y piyamas Paul Frank- para sentirse que no le están robando -gracias al socialismo- lo poco que les queda de su nivel de vida -anterior a la marabunta chavista- y de su libertad.
Aunque mi argumento parezca un poco halado por lo pelos, no puedo dejar de asociar la proliferación de tiendas Paul Frank en ese país pseudo-socialista, con el discurso del nuevo presidente de la Asamblea Nacional, con la situación de mi querida Carmen Emilia que le expropiaron su apartaco el día que dio la inicial -que con burda de esfuerzo había ahorrado- o con lo que dice Aristóbulo sobre que en un país no puede haber estado de derecho, si no hay equidad.
Perdónenme nuevamente, pero no entiendo esta Venezuela que tenemos hoy 10 de enero de 2011. ¿O Será que el monito Julius es un simbolismo que aun no he podido interpretar?
Y tú ¿entiendes la Venezuela de Paul Frank?
Ciro
