Y el gobierno de Uribe puso de moda que la salud para los pobres es un problema sin solución y que por tanto su ministro y las EPS conciben la salud como acabar con los pobres.
Este debate público, ahora, parece como la campaña de expectativa de la serie A corazón abierto, que cuenta a un hospital donde hay amor melodramático, médicos admirables, médicos inescrupulosos y gerentes que aman el billete por encima del bienestar.
Llegó A corazón abierto y se agradece que no está llena de chistositos, tampoco los narcos pasan por ahí, y cuenta ese dolor público que es la salud en manos de financistas y ministros ineptos; las EPS desalmadas y el médico convertido en un empleado más.
En su comienzo pinta bien. El melodrama funciona: médica joven, bonita, pura y brillante (encarnada por Verónica Orozco) encuentra al amor de su vida en el buenazo del médico estrella del hospital (Rafael Novoa) y tiene que sufrir a su amor de antes que no la quiere dejar ir (Diego Trujillo).
Por otra parte, médicos bondadosos se enfrentan a médicos malvados. Y en la mitad están todos los líos de los jóvenes especialistas que quieren ser héroes.
El asunto de la salud como eje de la serie/telenovela tiene agarre porque hoy en nuestro país parece que el sistema solo sirviera para enriquecer a las EPS. A todos nos duele el maltrato que recibimos en los hospitales y centros de salud.Habrá que ver si se refleja el papel de las EPS que son los malos de esta situación.
Su lenguaje en lo melodramático tiene consistencia pero en lo de la salud se ve de parodia, sinsentido, perdido en retóricas inútiles.
Las cámaras deambulan sin gracia por el hospital, intentado planos secuencia inservibles y gozando la sangre sin razón. En esto de contar la salud solo desde el quirófano y la radiografía aburre.
En lo visual es una producción decente. En lo actoral se muestra contundente; sobresalen Natalia Duran, Jorge Cao y Rolando Tarajano.
Ahora, eso si no hay que buscar en qué se parece a la serie estadounidense original Grey's Anatomy. Solo el tema y algunos personajes tienen que ver. Esto habla bien de la adaptación porque construye una obra autónoma; por lo tanto, no importa haber visto la original.
OMAR RINCÓN
PARA EL TIEMPO
orincon61@hotmail.com
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