Wednesday, November 11, 2009

!AYY CADERONA¡...VENÍ MENIATE PA´ENAMORARTE


Sigue caliente el bochinche en Cartagena a raíz de la famosa tutela que le devolvió la corona como “Señorita Valle” a Diana María Salgado y se la quitó de ipso facto a Catalina Robayo, quien fue nombrada en su reemplazo por Combelleza a raíz de la supuesta renuncia de la primera elegida, motivada ésta, por problemas de salud relacionados con el sobrepeso y que definitivamente le impedían seguir representando al Departamento azucarero de Colombia.

Cuando la Virreina, o sea Catalina Robayo, en su legítimo derecho pasó a portar la corona como reina oficial del Valle, viajó de inmediato a Cartagena a suplir la ausencia de la reina que había declinado. Pero cuando la nueva reina se encontraba muy en su “salsa” representando con orgullo al Departamento del Valle, ganándose el aprecio de sus demás compañeras y el esquivo cariño del pueblo cartagenero, nadie, ni el mismo Raymundo Angulo, presidente del certamen de belleza más famoso y tradicional de Colombia, se esperaban que la supuesta reina declinante hubiese instaurado un recurso jurídico por sentir vílmente vulnerados sus derechos y su dignidad y sin melindre alguno, tras el sorpresivo fallo a su favor, manifestó a los cuatro vientos que Combelleza, el comité regional, a la cabeza de Andrea Vélez Zuluaga le habían arrebatado injustamente la corona, por el simple hecho de tener unos centímetros de más en su cadera y aclaro tajantemente que ella jamás había presentado su renuncia como “Señorita Valle” y fue el comité quien la forzó a dejar el concurso.

Acatando en primera instancia el fallo judicial, la señorita Diana María Salgado recuperó la corona y se reincorporó al ramillete de candidatas aspirantes al título de “Miss Colombia” y la acongojada destituida por el inesperado mandato judicial, permanece en Cartagena como “invitada especial” de Raymundo Angulo, quizá a la espera del segundo fallo del juez a una inmediata impugnación presentada por Combelleza, al considerar que en el primer falló se le vulneraron los derechos fundamentales a Catalina Robayo. En definitiva este chisme esta más enredado que un bulto de anzuelos, lo cierto es que con la impugnación se puede dar el patético caso que se destrone definitivamente a Diana María Salgado y se vuelva a restituir a la virreina, o en su defecto se mantenga firme la primera determinación.

Personalmente considero que la decisión más salomónica en este embrollo de coronas, traseros y caderas voluptuosas, hubiese sido que Combelleza no mandara este año una representante por el Valle. Ni la una, ni la otra. Al fin de cuentas, ambas, la reina reina o la virreina nombrada reina, a raíz de su protagónico en este nuevo escándalo en el Concurso Nacional de Belleza, ya se cotizaron lo suficiente como para más adelante protagonizar una telenovela de verdad o ser la presentadora de farándula de algún Canal de Televisión. Definitivamente este certamen sin un escándalo, ya no es nada, pues la gala de elección y coronación los últimos años se ha vuelto muy aburrida, ojalá este año Paulina Rubio y Jorge Celedón logren darle vida y sabor a la transmisión, mientras tanto cantemos: “ayyy caderona vení meniate pa` enamorarte”.



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