En esta hora aciaga de nuestra historia donde se habla -pero no se debate- sobre la mamarrachada del socialismo del siglo XXI, sería bueno abrir un debate de ideas sobre los modelos de desarrollos más exitosos a lo largo de la historia. Me voy a permitir, con el permiso de mis panas economistas y sin grandes pretensiones de hacer una disertación, hablar de las bondades del sistema de seguridad social sueco para comenzar este debate de ideas.
En un mundo que se ha movido con el péndulo de la historia del socialismo al capitalismo y viceversa; los suecos han logrado encontrar un modelo, digamos, intermedio entre ambos sistemas.
Suecia es uno de los países con la mayor equidad social del mundo sin que esto signifique que no sea cuna de gigantes industriales como Volvo, Ericsson, Electrolux y, la venerada, Ikea. La inmensa mayoría de los suecos tiene acceso a la educación universal, a un empleo, al sistema de pensiones, al seguro de desempleo, y en general, a uno de los mejores de sistemas de protección social del mundo. De hecho, Suecia se puede considerar como uno de los mejores ejemplos de democracia social en el mundo, una de las economías más fuerte de Europa y, según el último Informe Mundial de Desarrollo Humano de la ONU, uno de los países con menos pobres a nivel global –sólo 6% de la población-. Que envidia, carajo!
Tengo que confesar con cierta pena, ya que la envidia es de las peores cosas del mundo, que le tengo envidia a los suecos, no sólo por su buen gusto para la arquitectura y el diseño, sino por su seguridad social; bueno, también por sus yeguas.
Ciro