Wednesday, November 9, 2005
SECUNDARIOS DE PRIMERA: "los que se roban el show"
POR: JAVIER SANTAMARÍA
jahesa@hotmail.com
“La suerte del protagonista, el actor secundario no la desea”, un adagio compuesto en las paradojas del éxito inesperado que alcanzan algunos actores y actrices, quienes pese a estar interpretando personajes de poca relevancia dentro de una telenovela, serie o dramatizado logran robarse literalmente el show con su actuación, al punto de desplazar sin proponérselo a quienes se suponen son los pilares de la trama: los protagónicos.
En general, el melodrama esta preconcebido para que los dos protagonistas principales sean personajes blancos, con pocos matices dramáticos y reducido campo de acción. Están allí esencialmente para ser los bellos y las victimas de los villanos. Claro que hay excepciones y eso se debe estrictamente a la capacidad histriónica que posean los llamados galán y heroína.
Cuando al interior de una telenovela aparecen estos “Roba show”, hay algunas alternativas a seguir por parte del equipo de libretistas, el director y el dueño del billete: aminorar el brillo del sobresaliente actor secundario y subir a fuerza la figuración del principal o mejor que eso, aprovechar la oportunidad para enriquecer y hacer más interesante la trama apoyando la popularidad ganada por el personaje secundario, como suele hacerse en la mayoría de los casos.
A lo largo de estos años en nuestra televisión hemos tenido varios ejemplos en los que un actor de reparto prácticamente se convierte en el protagonista de la historia, recordemos por ejemplo “Todos quieren con Marilyn”, telenovela reciente en donde los protagonistas, Scarlet Ortiz y Jorge Reyes, ambos venezolanos, pasaron casi desapercibidos ante el empuje de personajes secundarios de mucha fuerza como el interpretado por Marcela Gardeazabal, la famosa Brigithe y el de la celosa, posesiva y enfermiza Lorenza caracterizado por Cristina Umaña. Inclusive el actor Alejandro López consiguió una impecable actuación, la mejor de su carrera, interpretando al amado y detestado “Kiko”. Para rematar el actor Gustavo Ángel, tampoco se quedo atrás con su caracterización de Moncho.
Hace unos años, en la telenovela “El inútil” que protagonizaron Julián Arango y la venezolana Rubbi Rodríguez, el señor Víctor Mallarino con su caracterización magistral de Mirando Zapata literalmente borro a los protagonistas de escena.
El primer actor Enrique Carriazo se roba completamente el show en la malísima telenovela “Ángel de mi guarda, mi dulce compañía” junto a los actores de reparto Sebastián Martínez y Ana Bolena Meza, quienes con su actuación hacían jocosa la aburrida trama.
Verónica Orozco y Luis Fernando Hoyos se ganaron el protagonismo en la regular producción “Las noches de Luciana”, Verónica con su personaje de Katia, la sensual arribista hambrienta de fama y Luis Fernando con el maquiavélico Samuel, ayudaron a que este melodrama indefinible no sucumbiera totalmente.
Hay otros casos en los que ninguno de los actores participantes en esencia se pueden considerar como los protagónicos y más bien es la misma historia la real protagonista, permitiendo de esta manera que todo el elenco se luzca en igual proporción, caso concreto de la telenovela “Pecados Capitales”, donde cada uno de los personajes era pieza fundamental en el engranaje de este peculiar melodrama.
Actualmente en nuestra pantalla chica se exhiben nuevas y disímiles propuestas melodramáticas que de hecho tampoco han sido la excepción para que algunos de sus actores de reparto empiecen a robar cámara y despierten más simpatías que los protagonistas. Mencionemos específicamente las siguientes telenovelas:
“Por amor a Gloria”: Una telenovela clásica, contemporánea, con un hilo narrativo retrospectivo pocas veces utilizado por el riesgo de cansar o confundir al televidente, pero que a la vez extrae la trama de lo rutinario. Desde ya vemos como el joven actor Nicolás Rincón hace de las suyas con su personaje de Winxton, un muchacho campesino, algo ingenuo, torpe y muy impertinente, que vive situaciones bastante curiosas a su llegada a la capital y mientras presta su servicio militar. Dentro de la misma telenovela se destaca también el actor Gustavo Angarita JR encarnando al esquizofrénico Boris Garrido.
Cabe mencionar a la protagonista, con beneplácito se ha visto a una Carolina Acevedo más madura, más natural, en conclusión posesionada de su personaje y distante del estereotipo en el que estaba encasillada.
La telenovela numero uno de la televisión colombiana en estos momentos sigue siendo “Los Reyes”, en ella cobran vida una variada gama de personajes que rayan en lo caricaturesco y cuentan con un amplio campo de acción , logrando que no solo Enrique Carriazo con su acertada caracterización de Beto Reyes goce del favoritismo de los televidentes, le pisan los talones y a pasos agigantados una buena parte del elenco entre los que podemos mencionar a Julián Román (Leo Reyes), Endry Cardeño ( Laisa), Yaneth Wolkman (Katie de Iriarte), Diego Trujillo( Emilio Iriarte) y la revelación Connie Camelo interpretando a Hilda Reyes, podría decirse que en esta Telenovela-comedia se repite la misma situación de “Pecados Capitales”, todos los personajes han tenido su proporcionado protagonismo y la mayoría de los actores y actrices cuentan con reconocidas dotes histriónicas para mantenerse a la altura y aprovechar al máximo su cuarto de hora.
“LORENA: el cuestionado melodrama póstumo de Bernardo Romero Pereiro, retoma prácticamente todos los elementos dramáticos que el gran libretista plasmó en sus anteriores propuestas, pero esta vez de una forma desenfadada, laxamente se dejo tentar y cayó en las redes del culebrón puro, plagado de situaciones manidas y los clásicos estereotipos.
Me atrevo a afirmar que de todo el elenco que participa en esta telenovela sobresale el actor Lincol Palomeque, por primera vez, a lo largo de su carrera asume un personaje con el compromiso de apartarlo del esquema de actuación al cual estamos acostumbrados a verlo siempre, no gratuitamente se le ha criticado sentenciando que él, como muchos otros jóvenes actores o aquellos que pretenden serlo de la noche a la mañana, solo se conforman con interpretarse así mismos en todos los personajes que asumen, apoyados solo en su agraciado físico, la lista por demás es bastante larga, por eso ahora no me abstengo para reconocerle que con su personaje de Juan Ferrero, demuestra a la critica que puede crear un personaje distinto, darle matices y visos nuevos, así sea por la misma línea del “niño rico” y en un culebrón clásico.
EL BAILE DE LA VIDA: Grandes expectativas se tenían con la nueva propuesta del grupo creativo comandado por el libretista y productor Daga García, tras el éxito de la cuestionada telenovela “La saga”, la que a propósito remato con un final cómodamente fatal y que dejo a todos sus seguidores, como dicen por ahí “viendo un chispero”, pero de la rabia al sentirse burlados.
“El baile de la vida” conserva el mismo estilo narrativo y visual de su antecesora “La saga”, sus personajes igualmente están envueltos en un halo trágico, conserva el mismo elenco, pero en definitiva una muy buena alternativa entre tanto melodrama tradicional.
La actriz Ana Mazhari consolida ya una carrera de varios años en la televisión colombiana, a la que llego tímidamente y con un marcado acento francés, con su personaje de Esther, la solterona amargada y vengativa, demuestra la madurez profesional que ha adquirido y es sin duda la mejor caracterización de esta telenovela.
LA TORMENTA: Aunque para muchos sea inconcebible que un culebrón de la magnitud de la más reciente creación del señor Humberto “Kiko” Olivieri, ocupe el tercer lugar en rating en la franja triple A, según las mediciones de Ibope, se ratifica por enésima vez que la tele audiencia Colombiana sigue siendo imprevisible en sus gustos a la hora de encender el televisor.
Si bien es cierto que el común de los tele espectadores han adquirido cierto nivel de discernimiento a la hora de escoger lo que van a ver dentro de las contadas alternativas que nos ofrece la parilla televisiva, aún sucumbe a propuestas facilistas como “La tormenta”, hechas exclusivamente para distraer y fantasear a través de un cúmulo de situaciones descabelladas, absurdas, ridículas y cómicas que de alguna forma dopan el estrés del día a día que se vive en un país como el nuestro.
Me he tomado la tarea de seguir con cierta regularidad “La tormenta” y ahora puedo concluir que quien logra llamar la atención dentro de este multinacional elenco, es la actriz Constanza Gutiérrez con su peculiar personaje de “La tatacoa”, una bruja que parece extraída de los cuentos del archifamoso Harry Potter. ¡Bien por ella!.
Concluyendo sobre el contexto del mentado y moderno adagio, esta establecido que son los personajes de reparto y los villanos, los únicos que en verdad permiten a los actores lucir todo su potencial histriónico en contraposición a los protagónicos, que de entrada son planos y no ofrece mayores privilegios interpretativos; Por eso no interesa que no se devengue el mismo sueldo de un actor protagonista, pues en retribución se tiene mayor reconocimiento y recordación entre los televidentes y la critica, aparte de eso, todo esta fundamentado en el respeto, sacrificio y pasión que el actor le brinde a su carrera.