-Este encendedor no puede entrar.
El muchacho alza los hombros, lo arroja a una caneca de la basura y sigue. Detrás del mismo viene un grupo de personas con un ataúd, en el cual esta Cristopher Alexander Sanguino, fallecido por una intoxicación de plomo (es decir lo acribillaron unos sicarios), mientras jugaba un partido de fútbol. El encargado se mira con el policía, miran al grupo y se vuelven a mirar:
-¿Y ustedes que quieren?
-Pues entrar… ¿Qué más podríamos querer?
El policía y el encargado se vuelven a mirar.
-¿Tienen la boleta?
El resto ya es historia.
Esto podría sonar como alguna de las bobadas que suelo publicar en este blog, pero como diría un abuelita cualquiera: “Cosas así solo pasan en el país del Sagrado Corazón de Jesús”. Y es que el pasado domingo, Integrantes de una de las barra bravas del Cúcuta Deportivo ingresaron a las tribunas del estadio General Santander, un ataúd aparentemente con el cadáver de un integrante de la barra, quien murió mientras jugaba un partido de futbol, aparentemente victima de unos sicarios.
La escena generó molestia en otros aficionados, que vieron pasar el singular cortejo camino de la tribuna, y también provocó sorpresa entre las propias autoridades de la Policía, que anunciaron una investigación a fondo para determinar cómo fue que los barrabravas entraron el féretro al estadio, pasando por los controles establecidos.
Lo más divertido de todo, es que después de que ingreso el ataúd al estadio, el Cúcuta llegó al empate con un gol de Diego Espinel a los 31 minutos del segundo tiempo. Esto debería servir de ejemplo para el Cali o Santa Fe, que nada que pueden ganar un partido…. Quizás si consiguen un amuleto como este les vaya mejor.
Los nuevos y merecidos Campeones del Mundo |
"Uds. los de allá me hacen el favor y me acomodan ese ataúd detrás del banco de Paraguay" |