“Un joven muy entendido, echando número encontró una formula no muy santa de jugar al redentor, una formula no muy santa de jugar al redentor; ofrecía tal ganancias que hasta el más vivo no dudo, que en el siglo XXI había nacido un faraón. Y si usted amigo mío ya sus ahorritos invirtió, y si usted amigo mío ya sus ahorritos invirtió, váyase haciendo a la idea que esa platica se perdió”.
Este es el estribillo de la canción del cabezote que acompaña la presentación de la miniserie novelada de ficción“Las Inversiones el ABC”, basada en hechos reales muy resientes y que interpreta Galy Galiano con letras y música de Josefina Severino y Carmenza Gómez.
Definitivamente el Canal RCN se apuntó un acierto al aprovechar un “papayazo” como el que se presentó a raíz del escándalo internacional de las llamadas pirámides o captadoras ilegales de dinero para construir una historia, que de plano, aún mantiene vivo el interés de medio Colombia y de un grueso de la teleaudiencia, dentro de la cual muy seguramente se hallan camuflados un tanto de los miles de incautos de todas las esferas sociales que le apostaron a la riqueza fácil, todos aquellos que hoy lloran sobre la leche derramada, revivirían los pormenores de ese mal negocio con la historia de “Inversiones el ABC” escrita por Juan Manuel Cáceres.
Abordar la vida desde la infancia de ese joven inteligente nacido bajo el seno de un humilde hogar con muchísimas privaciones, víctima de humillación, que un día se jura a sí mismo convertirse en un hombre millonario a punto de pura “malicia indígena” y como motor su espíritu nato de estratega, de alguna manera puede llevarnos a fijarnos una serie de conclusiones muy disímiles en torno a un personaje que conjuga la dualidad del gran redentor y la del pícaro estafador. Para muchos el personaje de la vida real, como el de ficción representan al hombre que pese a las vicisitudes se supera envestido de un corazón altruista, convirtiéndolo de paso en algo parecido a un “mecenas de los desvalidos”.
Como aconteció con la miniserie “El Cartel” de Canal CARACOL, se advierte que los hechos allí narrados son obra de la ficción y cualquier semejanza con la realidad son mera coincidencia, por aquello de las demandas que pudiesen hacerse efectivas en el transcurso de su emisión. Pese a la premura del tiempo para la grabación de los libretos escritos a cuatro manos, el producto final está a la altura de cualquier miniserie internacional y no dudo que logre una difusión y acogida semejante a la que ha alcanzado la miniserie “El Cartel” en el exterior.
Queda ratificado el profesionalismo y gran versatilidad del actor Jimmy Vásquez, quien recientemente protagonizo la teleserie de humor “Aquí no hay quien viva” y ahora en el ropaje de Armando Beltrán Calderón nos transporta a una nueva historia entremezcla de ficción y realidad.
Me cuestiono que pensamientos cruzaran ahora por la mente de David Murcia Guzmán, el estratega de extracción humilde que llego a convertirse en un hombre rico y poderoso, con el cual se codearon reconocidos personajes de la vida nacional e internacional , hoy en la mira de Los Estados Unidos con propósitos de extradición por lavado de activos, ese que grita a los cuatro vientos que todo ha sido una patraña montada por el gobierno Colombiano por el simple hecho de venir de donde viene y no tener el abolengo necesario, el mismo que perjura que nunca engaño a nadie, ni le falto en su palabra a los inversionistas de DMG y por el que sus mas entrañables amigos siguen metiendo las manos en el fuego,y que pese a tener el agua hasta cuello sigue pensando, a lo mejor, no podría concluirlo, que como aplica el dicho : “Es mejor ser rico, que pobre”, ¿o lo contrario?...
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