POR: JAVIER SANTAMARÍA
Voy a comentar sobre dos actores extranjeros que rompieron el paradigma de que todo galán extranjero que llega a trabajar a Colombia viene con detestables poses de Divo e ínfulas de gran “actor cotizado”, por eso algunos de estos galancetes catalogados muchas veces como “paquetes” o “petardos”, se dan sus mañas para que los zares de la televisión nacional, buscando de repente sacar partido mayoritario de los berrinches y delirios de grandeza de estos personajes, les concedan cada uno de los caprichos y excentricidades exigidas durante su permanencia en el país.
Recordar a esos “petardos” nos provoca mal sabor de boca, caso especial y concreto de los señores Mario Cimarro y Andrés García, quienes como decimos por estas tierras hicieron hasta para vender apoltronados en su fama y prestigio ganados en el mundo de los culebrones clásicos, a pesar de su muy regular desempeño como profesionales de la actuación. Pero si analizamos a fondo la situación, ellos salieron perdiendo a cuenta de su inflado ego, ya que su espectro de acción laboral se ve cada vez más limitado, en el caso del cubano por su temperamento de los mil demonios y su radical postura impulsiva y soberbia. Referente al señor mexicano solo se puede concluir que a sus años nunca aprendió a actuar, todo lo que hizo en televisión y cine se lo debe por completo a sus ya deteriorados encantos físicos.
Pero como toda regla tiene su excepción, hay dos casos concretos en los que la experiencia fue positiva y los beneficios recíprocos, estos actores extranjeros le deben, sin exagerar, gran parte su fama y cotización al hecho de haber tenido la oportunidad un día de trabajar en la televisión colombiana y pese a la enorme popularidad ganada en el ámbito mundial, conservaron intacto eso que llaman humildad. Son ellos: Guy Ecker y Mark Tacher.
GUY ECKER
En 1990 llegó a Colombia un actor nacido en Brasil, con un marcado acento gringo prácticamente desconocido, cuyas características físicas se ajustaban certeramente para encarnar un personaje principal en la miniserie “La otra raya del tigre”, ese mono (güero) de ojo claro impacto de inmediato y estuvo en la mira de los productores de la exitosa producción “ Café con aroma de mujer”, su plataforma de lanzamiento mundial como actor. La telenovela fue un boom telenovelero perpetuado en el tiempo gracias a una serie de condiciones que pocas veces se logran reunir en un culebrón: una excelente historia, dos protagonistas entregados al 100% y con una gran química frente a las cámaras, Margarita Rosa de Francisco y Guy Ecker destilaban pasión, romanticismo, empatía con todos los millones de televidentes que siguieron la historia de Sebastián Vallejo, un hacendado cafetero educado en el exterior, impotente, sensual, tierno y de gaviota, una mujer campesina de armas tomar, impulsiva, pasional, con gran sentido de superación. Tras la exitosa participación en “Café” vino la propuesta de protagonizar la telenovela “Guajira” junto a la venezolana Sonya Smith, aunque no alcanzo ni remotamente el mismo éxito, logro impactar en algunos países como México gracias al tema indígena que se tocaba en la trama. Estas dos producciones prácticamente le abrieron las puertas a Guy Ecker para entrar a la televisión mexicana invitado por la televisora TV Azteca, pero por esas decisiones que se toman en la vida, el brasilero reversó a ultimo momento la determinación de trabajar con el grupo Salinas y accedió rendido a los coqueteos millonarios de la televisora rival Televisa, propiciando una querella legal por incumplimiento de contrato en la que Televisa le brindo apoyo incondicional, a sabiendas de que tenía en sus manos a un actor muy popular, forjado en Colombia y que sería tremendo acierto vincularlo exclusivamente bajo sus toldas, el diamante en bruto pulido en Colombia, fue adquirido para su explotación por la gran televisora productora numero uno de culebrones a escala mundial.
En Televisa Guy Ecker ha desarrollado una carrera interesante, aunque pese a que sus novelas han sido bien receptadas dentro del publico latino en Estados Unidos, caso especifico de las telenovelas “La Mentira” junto a Kate del Castillo y “Salomé” donde compartió crédito estelar con Edith González, no ha podido igualar el nivel histriónico que alcanzó en Colombia y el actor de alguna u otra manera lo ha sabido reconocer, se llegó a rumorar que inclusive estaba dispuesto a venir a trabajar en una telenovela colombiana sin cobrar salario, solo por el placer de volver a entrar en contacto con la gente y las historias y el estilo de trabajo que un día lo catapultaron al estrellato.
No sería una utopía si se toma en cuenta que ahora el Canal RCN ha determinado volver a poner en antena, tras quince años de su estreno “Café con aroma de mujer”, una oportunidad grande e invaluable para que todos esos colombianos que se apasionaron con esta telenovela refresquen su memoria y recuerden a este actor brasilero en una participación memorable y que fácilmente le puede volver abrir de lleno esa puerta que quedo entreabierta.
MARK TACHER
Personalmente no tenia ni la más mínima referencia del trabajo actoral desarrollado por este Mexicano, quien antes de arribar a Colombia para ser el protagonista de “La hija del mariachi” un melodrama rosa contemporáneo en el que la ranchera clásica era protagonista paralela, hizo de galán en algunas telenovelas venezolanas.
Su protagónico como un potentado ejecutivo mexicano que se ve envuelto en un lío de trafico ilegal de estupefacientes montado por su propio abogado y amigo, azarosa situación ésta que le obliga a abandonar su país con rumbo a Brasil, pero que por una inesperada jugada del destino termina en Bogotá, perdido y sin un solo peso, es el inicio a una aventura plagada de música, amor, intrigas y romanticismo. Emiliano fue la carta de presentación de Mark Tacher en el ámbito televisivo hispanoamericano, su nombre se hizo reconocido hasta en su propio país México, que hoy lo acoge de nuevo dándole el trato de toda una estrella cotizada y reconocida.
Mark ha sido el actor extranjero que más simpatía despertó en Colombia, entre todos los públicos, gracias a su carisma, su sencillez y la adsequibilidad que siempre mantuvo con los medios, sus romances publicitados no fueron escandalosos, aunque por ahí algunos seudo medios faranduleros y de chismes han tratado de mancillar la intimidad del actor.
Es muy probable que Mark continué estrechamente ligado a Colombia, pues tiene planeado contraer nupcias con una reconocida presentadora de televisión. Aunque la producción de vanguardia “Los protegidos” pasó sin pena ni gloria, su trabajo estuvo a la altura.
De Guy y Mark se puede concluir que son profetas en tierra ajena, talentosos y que se forjaron profesionalmente en la nueva Meca de los melodramas, y mientras cada uno sigue cosechando triunfos por fuera, nunca olvidan el apoyo que Colombia les brindó.
jahesa@hotmail.com
  |
