
ESTIMADOS COORDINADORES:
por ser de su interès me permito enviar a ustedes la siguiente informaciòn, para de ser posible difundirla entre las escuelas.
gracias
----- Original Message -----
From: ODG
To: Undisclosed recipients
Sent: Thursday, October 14, 2010 4:29 AM
Subject: UNESCO Message 17-10-10: International Day for the Eradication of Poverty / Journée internationale pour l'élimination de la pauvreté / Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza
MESSAGE
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Mensaje de la Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, 17 de octubre de 2010
Hace diez años, los dirigentes del mundo adoptaron los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que incluían la promesa de reducir a la mitad el porcentaje de la población mundial que vivía en extrema pobreza. Aunque desde entonces se han logrado avances considerables, el mundo no va por buen camino para alcanzar esas metas en la fecha límite de 2015. Los dirigentes mundiales, congregados en septiembre de 2010 en la Reunión Plenaria de Alto Nivel de la Asamblea General sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, reiteraron su compromiso con los ODM y acordaron una hoja de ruta para acelerar la marcha hacia su consecución.
Sin embargo, mientras hoy celebramos el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, alrededor de 1.000 millones de personas –en su mayoría mujeres y niños viven en el mundo en condiciones de penuria extrema, lo que constituye una denegación de su dignidad y sus derechos.
El tema de este año, “De la pobreza al trabajo decente. Reduciendo la distancia”, hace hincapié en que la lucha contra la pobreza está vinculada a la satisfacción de las necesidades sociales fundamentales, es decir, la educación, la salud, la alimentación, la sanidad, la vivienda y el vestido, así como a la oferta de suficientes puestos de trabajo. El combate contra la pobreza debe desarrollarse junto con los esfuerzos encaminados a garantizar el ejercicio de todos los derechos humanos fundamentales.
El derecho a un trabajo decente abarca al empleo que ofrece una remuneración adecuada y una protección social apropiada y requiere que los hombres y las mujeres tengan pleno acceso a las oportunidades de percibir ingresos sin discriminación de ningún tipo y reciban un salario igual por un trabajo de igual valor.
El derecho al trabajo decente entraña la responsabilidad de las autoridades públicas de fomentar las capacidades personales y ampliar las oportunidades de que las personas puedan obtener empleos productivos y adecuadamente remunerados.
Ahora bien, la crisis económica mundial ha erosionado el empleo en el mundo entero. Ha desencadenado un alza súbita de las tasas de paro y empujado a la pobreza a millones de personas y arrastrado a más trabajadores a la precariedad.
La educación debe desempeñar una función esencial para salvar la brecha que separa la pobreza del trabajo decente. La educación dota de autonomía a las personas al darles los conocimientos y las competencias que necesitan para mejorar sus medios de subsistencia y obtener empleos decentes. La inversión en oportunidades de educación y capacitación a lo largo de toda la vida es fundamental para la recuperación económica y la reducción de la pobreza. Se calcula que 171 millones de personas podrían salir de la pobreza si, al dejar la escuela, todos los alumnos de los países de bajos ingresos hubieran adquirido ya las competencias básicas de lectura. En calidad de coordinadora del movimiento de Educación para Todos, la UNESCO está decidida a combatir la exclusión mediante el acceso al aprendizaje de todos los niños, jóvenes y adultos. Durante el actual Segundo Decenio de las Naciones Unidas para la Erradicación de la Pobreza (2008-2017), la Organización seguirá movilizando apoyos políticos y fortaleciendo la colaboración para asegurar la igualdad de oportunidades de todos en materia de acceso al trabajo y el disfrute de condiciones laborales seguras y saludables.
En este Día Internacional, exhorto a los Gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y todas las partes interesadas a que hagan de la erradicación de la pobreza su prioridad principal. La pobreza representa una pérdida de potencial humano, una afrenta a nuestra conciencia colectiva y una amenaza a la paz y la cohesión social. El mantenimiento de nuestra promesa exige medidas para combatir la pobreza mediante el acceso a la educación, la salud, el trabajo decente y la igualdad entre hombres y mujeres. Es la única manera de construir un futuro más justo, sostenible y seguro.
Message from Irina Bokova, Director-General of UNESCO to mark the International Day for the Eradication of Poverty, 17 October 2010
Ten years ago, world leaders adopted the eight Millennium Development Goals, including a pledge to halve the proportion of people living in extreme poverty. Despite significant advances, the world is not on track to achieve the goals by their 2015 target date. Gathered in September 2010 at the High-level Plenary Meeting of the General Assembly on the Millennium Development Goals, leaders reaffirmed their commitment to the goals and agreed on a roadmap to accelerate progress.
Yet today, as we mark the International Day for the Eradication of Poverty, some 1 billion people worldwide – a majority of them women and children – live in conditions of extreme deprivation, representing a denial of their dignity and rights.
This year’s theme, “From Poverty to Decent Work: Bridging the Gap”, underlines that combating poverty is linked to the satisfaction of basic social needs, including education, health, food, sanitation, shelter and clothing, as well as the provision of sufficient work opportunities. The fight against poverty must go hand in hand with efforts to guarantee the enjoyment of all fundamental human rights.
The right to decent work includes employment offering adequate remuneration as well as proper social protection. It presupposes that men and women have full access to income-generating opportunities without discrimination of any kind, and receive equal pay for equal work.
The right to decent work carries with it the public responsibility to promote personal capabilities and to expand opportunities for people to secure productive and appropriately rewarded employment.
The global economic crisis, however, has eroded employment around the world. It has triggered a sharp rise in unemployment rates, driven millions of people into poverty and forced more workers.
Education has a central to play in bridging the gap from poverty to decent work. It empowers people with the knowledge and skills they need to improve their livelihood and secure decent employment. Investing in education and training opportunities throughout life is a key to recovery and poverty reduction. It is estimated that 171 million people could be lifted out of poverty if all students in low-income countries left school with basic reading skills. As the lead coordinating agency of the Education for All movement, UNESCO is determined to combat exclusion through access to learning for all children, youth and adults. During the current Second United Nations Decade for the Eradication of Poverty (2008-2017), the Organization will continue to mobilize political support and strengthen cooperation to ensure equal opportunities for all in accessing work and enjoying safe and healthy working conditions.
On this International Day, I call upon Governments, civil society, the private sector and all stakeholders to make poverty eradication their number one priority. Poverty represents a loss of human potential, an affront to our collective conscience and a threat to peace and social cohesion. Keeping the promise calls for measures to fight poverty through access to education, health, decent work and gender equality. It is the only way to make the future more just, sustainable and secure.
Message de Mme Irina Bokova, Directrice générale de l’UNESCO,
à l’occasion de la Journée internationale pour l’élimination de la pauvreté, 17 octobre 2010
Il y a dix ans, les dirigeants du monde ont adopté les huit Objectifs du Millénaire pour le développement, s’engageant notamment à réduire de moitié la proportion de personnes vivant dans l’extrême pauvreté. Malgré des progrès sensibles, le monde n’est pas en bonne voie pour atteindre ces objectifs d’ici à l’échéance de 2015. Rassemblés en septembre 2010 dans le cadre de la Réunion plénière de haut niveau de l’Assemblée générale sur les Objectifs du Millénaire pour le développement, les dirigeants ont réaffirmé leur attachement à la réalisation des Objectifs et se sont accordés sur une feuille de route en vue d’accélérer le processus.
Il n’en reste pas moins qu’aujourd’hui, alors que nous célébrons la Journée internationale pour l’élimination de la pauvreté, la planète compte environ un milliard de personnes – dont une majorité de femmes et d’enfants – qui sont contraints de vivre dans des conditions de dénuement extrême, au mépris de leur dignité et de leurs droits.
Le thème de cette année, « De la pauvreté au travail décent : mettre en place les moyens de transition », souligne que la lutte contre la pauvreté est liée à la satisfaction des besoins sociaux de base, parmi lesquels l’éducation, la santé, l’alimentation, l’assainissement, l’hébergement et l’habillement, ainsi qu’à des possibilités d’emploi suffisantes. Cette lutte doit aller de pair avec des efforts visant à garantir l’exercice universel de tous les droits fondamentaux de l’homme.
Le droit à un travail décent suppose un emploi qui offre une rémunération adéquate et une protection sociale adaptée. Il repose sur la condition préalable que les hommes et les femmes disposent d’un plein accès à des possibilités de revenus, sans discrimination d’aucune sorte, et perçoivent un salaire égal pour un travail égal.
Le droit à un travail décent est indissociable de la responsabilité qui incombe aux pouvoirs publics de promouvoir les capacités individuelles et de multiplier les occasions pour chacun d’obtenir un emploi productif et dûment rétribué.
Toutefois, la crise économique mondiale a porté préjudice à l’emploi dans le monde entier. Elle a entraîné une hausse marquée des taux de chômage, plongeant des millions de personnes dans la pauvreté et entraînant de plus en plus de travailleurs dans la précarité.
L’éducation a un rôle central à jouer s’agissant de jeter un pont entre la pauvreté et l’accès à un travail décent. Elle apporte aux gens les connaissances et les compétences dont ils ont besoin pour améliorer leurs moyens de subsistance et trouver un emploi décent. Il est crucial d’investir dans l’éducation et la formation continue pour favoriser la reprise économique et réduire la pauvreté. On estime que 171 millions de personnes pourraient échapper à la pauvreté si tous les élèves des pays à faible revenu quittaient l’école en sachant lire un minimum. En tant que principale instance de coordination de l’initiative Éducation pour tous, l’UNESCO est déterminée à combattre l’exclusion en faisant en sorte que tous les enfants, les jeunes et les adultes puissent suivre un apprentissage. Durant cette deuxième Décennie des Nations Unies pour l’élimination de la pauvreté (2008-2017), l’Organisation continuera de mobiliser tout l’appui politique possible et de renforcer la coopération afin d’assurer à chacun l’égalité des chances concernant l’accès à l’emploi et à des conditions de travail sûres et salubres.
À l’occasion de cette Journée internationale, j’appelle les gouvernements, la société civile, le secteur privé et l’ensemble des parties prenantes à faire de l’élimination de la pauvreté leur toute première priorité. La pauvreté constitue une perte de potentiel humain, un affront à notre conscience collective et une menace pour la paix et la cohésion sociale. Pour tenir notre promesse, nous devons prendre des mesures qui permettent de combattre la pauvreté en favorisant l’accès à l’éducation, à la santé, à un travail décent et à l’égalité entre les sexes. C’est la seule manière de rendre l’avenir plus juste, plus viable et plus sûr.
ROSA MA. ELIGIO CORONA
COORDINADORA OPERATIVA DE LA
RED DE ESCUELAS ASOCIADAS A LA
UNESCO
TEL. 01 55 36 01 10 47 Y
01 36 01 75 99
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