Por Gerardo Quintero
De muy buena fuente conocí detalles de un consejo de gobierno realizado el pasado miércoles 24 de marzo por el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, con su equipo de secretarios. En ese consejo de gobierno quedó claro que Ospina tiene sus enemigos por dentro, porque no de otra forma se entiende que su diálogo fuese grabado por uno o varios de sus secretarios y luego fuese entregado a un par de periodistas opositores radicales del mandatario local.
Aunque no se crea, los espías que tiene Ospina en su equipo de colaboradores más cercanos le grabaron una dura reacción que tuvo el mandatario local cuando, refiriéndose a la cosa política actual, aseguró que el PIN era un partido con una baja dosis de moralidad y ética, que le asqueaba profundamente todo lo que había ocurrido en las elecciones legislativas con este movimiento y que él no se prestaría para seguir con ese modelo que se quiere imponer en la región.
Pues bien, unas horas después de estas duras palabras del Mandatario local todo se sabía en Bogotá, más exactamente en la Picota, donde está recluido el senador Juan Carlos Martínez. Luego, la orden bajó y llegó la andanada del Concejal Edison Ruiz, el cabildante del PIN, aliado del detenido Senador, quien se fue lanza en ristre contra el médico Ospina y le cantó la tabla diciéndole, entre otras perlas, que gracias al ‘negrito’ (el congresista detenido) obtuvo la alcaldía y que se acordara que fue él (Ospina) quien buscó a Martínez, cuando se le esfumaba la oportunidad de ser alcalde de Cali. Finalmente, el honorable concejal le dijo a Ospina que él era más varón y lo retaba públicamente en cualquier escenario (el buen ejemplo y las buenas maneras siempre se replican).
Tengo información también de que el concejal Edison Ruiz les ha dicho a varios de sus más cercanos amigos que, palabras más palabras menos, el Alcalde no puede arrimarse mucho a la candela porque ellos le tienen la cuerda pisada. Incluso, mis fuentes aseguran, que Ruiz no tiene problema en decir que si llegasen a un terreno judicial, él sabe quién podría quedar enredado jurídicamente.
Es decir, en últimas lo que ha pasado aquí es una declaración de guerra política entre dos facciones: El PIN y Podemos Cali, el movimiento que lidera el alcalde Jorge Iván Ospina.
La andanada del PIN tiene varias explicaciones. Es claro que los líderes del PIN quieren trasladarle la presión que ellos han sufrido en los últimos días al Alcalde. La alianza, hoy vergonzante, que sostuvo el alcalde con el senador Martínez se ha convertido en un pesado lastre del cual Jorge Iván Ospina no ha podido desprenderse.
Es tal la situación y aquí llega mi segundo punto de análisis que, ante una inminente posibilidad de sacar de la Alcaldía a dos de los alfiles de los Juan Carlos (Martínez y Abadía), la gente del PIN reacciona como gatos patas arriba y arañan y destruyen lo que se aparezca.
Sé que el alcalde Ospina pretende realizar un ajuste en su gabinete entre junio y julio. En ese remezón, Eliana Salamanca, secretaria de Gobierno, y Diego Cardona, Secretario de Deportes, saldrían de la Administración, teniendo en cuenta que los más cercanos al alcalde y hasta el propio Ospina consideran que ellos no responden a los lineamientos de esta Administración sino a sus padrinos políticos (Martínez y Abadía)
Es clarísimo que el PIN no quiere perder su poder en la Administración local y presionará con todos sus instrumentos para mantener sometido al Alcalde. Tres elementos entran a jugar allí. Uno, lo que pueda decir Martínez sobre su relación con el Burgomaestre. Es decir, muchos consideran que Martínez, como se dice en el argot popular, podría ‘encochinar’ a Ospina y buscar todos los escenarios posibles para enlodar su trayectoria política y dejar por el suelo la imagen del médico alcalde. La segunda punta de lanza sería la utilización de las ‘ías’ (Contraloría y Personería Municipales) muy cercanos al senador Martínez, para que presionen a los funcionarios, amenacen con investigaciones y se rebusquen procesos con aras de intimidar a Ospina.
Por último, el escenario final de la batalla es el Concejo. Aparentemente son sólo tres los concejales del PIN, pero la verdad es que lentamente se van juntando otros cabildantes como Clementina Vélez, Carlos Andrés Clavijo, Orlando Chicango, Milton Castrillón, entre otros, que, con los intereses que ellos tengan y defiendan, van también abriendo un boquete en la administración con sus duras críticas, justas o no.
Los escenarios para el Alcalde no son nada fáciles, porque en la mitad de esta polémica también entra a terciar el posicionamiento futuro del PIN, con el gobernador jugando, y del movimiento Podemos Cali.
El alcalde decidió darse la Semana Santa para reflexionar, le dijo a varios de sus más cercanos amigos que necesitaba pensar de manera urgente qué decisión iba a tomar. Sin duda, el Alcalde está atormentado por el apoyo que recibió de Martínez y, también por los laditos, de Abadía y eso no lo ha dejado dormir tranquilo, y ahora menos.
Él no había querido confrontar y la verdad es que en su equipo lo traicionaron y llevaron sus palabras internas a otros escenarios para que lo presionaran al máximo. Ospina vivirá su Semana de pasión, tendrá que tomar decisiones cruciales que determinarán el andamiaje de su gobierno y, sobre todo, deberá, de una vez por todas, definir si corta con tres funcionarios que trabajan en secretarias cruciales, pero que son muy cercanos al PIN: Diego Cardona, Eliana Salamanca y Néstor Humberto Martínez (Subsecretario de Infraestructura Vial).
Tiempos duro para Ospina. Sus relaciones con el Gobernador Juan Carlos Abadía no son buenas. Ambos no se aguantan, ambos se juegan su prestigio y su poder en la región y ambos se hacen zancadilla constantemente. Llegó la batalla final, la hora de las decisiones y de saber cómo se cocinarán las alianzas y las formas de hacer política en el futuro de la región.
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